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I Cumbre de Comunidades Energéticas de la UNEF y Manifiesto público-privado para su impulso en España

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I Cumbre de Comunidades Energéticas de las UNEF:  durante el encuentro se han presentado 14 casos reales de comunidades energéticas que son referentes en España. UNEF ha reforzado su compromiso con estas comunidades energéticas, abriendo una sección específica dentro de la asociación para que estas tenga voz dentro del sector. Los expertos asistentes han puesto de manifiesto las barreras que existen en la actualidad para que las comunidades energéticas se conviertan en un actor tractor de la transición energética en España. Finalmente, se ha firmado un manifiesto público-privado para su impulso en España.

La I Cumbre de Comunidades Energéticas, organizada por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), ha reunido a más de 230 profesionales y expertos del sector, quienes han acordado diseñar una hoja de ruta común para promover y defender la creación de comunidades energéticas en España como una herramienta fundamental en la transición energética.

Durante la I Cumbre de Comunidades Energéticas, que ha sido realizada en colaboración con ComEnerSys, en El Prat de Llobregat, se han presentado 14 casos reales de comunidades energéticas que están abriendo camino en España y que han aprovechado las limitadas oportunidades regulatorias del país, para desarrollar modelos eficientes, participativos y que van en la dirección correcta para cumplir las metas europeas para mitigar el cambio climático.

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Como parte del compromiso de Unión Española Fotovoltaica (UNEF) con estas comunidades energéticas, la asociación ha anunciado el proceso de creación de una sección específica para las comunidades energéticas con derecho a un representante en la junta directiva, para que la voz de estos colectivos sea escuchada en igualdad con los demás sectores de la asociación.

El evento ha contado con la participación de Joan Groizard Payeras, director general Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), la agencia de referencia de las energías renovables en España, con representantes de comunidades energéticas de todo el territorio nacional y directivos de las principales empresas energéticas españolas.

“La transición energética participativa es un gran reto para España y para Europa que se puede solventar a través de la creación de comunidades energéticas. En los últimos años hemos avanzado mucho, en la actualidad tenemos en torno a 400 constituidas, pero tenemos que seguir en este camino y para ello, esta Cumbre es una gran ocasión para hacer un diagnóstico y construir una estrategia común”, ha recordado Groizard.

Por su parte, José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ha querido poner de manifiesto que la energía solar ha sido y seguirá siendo un catalizador de cambios sociales y un elemento transformador del modelo energético: “Las comunidades energéticas son un modelo clave para potenciar la transición energética, y esta primera cumbre ha servido para fortalecer y mejorar la información y el intercambio de experiencias entre estas comunidades. Además, ha sido la oportunidad para crear lazos y fomentar una voz única que defienda la colaboración y la sostenibilidad como pilares de la creación de valor conjunto”, ha destacado.

En palabras de Joan Herrera, Director d’Energia del Prat – Investigador del Proyecto ComEnerSys, «las comunidades energéticas tienen que cumplir una función mucho más amplia que la mera producción, distribución y suministro de energía; es decir, deben incorporar valor social».

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“El autoconsumo colectivo es probablemente la actividad más importante de las Comunidades Energéticas, en mi opinión, el uso compartido de energía que resulta del autoconsumo en el seno de una Comunidad Energética no debería verse constreñido por los límites que normativamente se han establecido para el autoconsumo colectivo”, ha explicado Herrera durante el evento.

Durante los dos días de encuentro se realizaron, además, ocho sesiones sobre aspectos relevantes para tener en cuenta durante la creación de una comunidad energética.

Los expertos han pedido declarar las comunidades de energías renovables y las ciudadanas de energía como entidades de interés público para facilitar los trámites con las autoridades locales; ya sea facilitando la posibilidad de que administraciones locales adquieran la condición de miembros o socios de las comunidades energéticas o mediante la subscripción de acuerdos o convenios con las comunidades energéticas para cesión de espacios o instalaciones.

Entre las conclusiones obtenidas en la I Cumbre de Comunidades Energéticas de la UNEF destaca también la necesidad de crear un marco jurídico favorable para aquellas comunidades que repercutan todos los beneficios entre socias y socios o en territorio como herramienta básica para el impulso definitivo a este modelo energético democrático y participativo.

Manifiesto público-privado suscrito por 30 comunidades energéticas locales para su impulso en España:

La transición energética es una oportunidad en la lucha contra el cambio climático y una economía más resiliente. Las comunidades energéticas son el instrumento para hacer que esta transición pueda también ser más democrática y participada. Ante un modelo basado en monopolios naturales y en lo que la regulación actual llama “sector energético”, nuestra propuesta es crear nuevos caminos para generar nuevas gobernanzas que localmente sean más efectivas para facilitar la participación ciudadana en el objetivo de neutralidad en carbono fósil.

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Las comunidades energéticas son el mejor instrumento para garantizar la participación local, de ciudadanía, pymes y entes locales. Apostamos para que estas comunidades, impulsadas desde ayuntamientos e iniciativas sociales, sean el cauce para que la ciudadanía sea la protagonista de la transición energética. Creemos en la comunidad energética no sólo como la punta de lanza de aquellos actores más concienciados con la transición energética, sino como un nuevo actor capaz de desarrollar renovables, electrificar los actuales consumos fósiles, y devolver al territorio las ventajas de los procesos de descarbonización que tienen lugar en el territorio. También pueden ser instrumentos para combatir la pobreza energética, pues son las comunidades energéticas las que deben poder hacer, como reclaman las directivas, aquello que otros actores no pueden.

Hoy por hoy, las comunidades energéticas en todo el Estado surgen de la voluntad de la ciudadanía, abren caminos donde no los hay y se nutren de las limitadas oportunidades que les permite la regulación teniendo bloqueado el paso en muchas de las actividades que la regulación europea les reconoce.

El mandato de la Unión Europea para permitir y favorecer la implantación de comunidades energéticas en toda Europa debe tener una traslación a nuestra realidad. Por todo ello, no hay excusa para no hacer la transición energética ni tampoco hay para cerrar el paso a que la ciudadanía pueda hacerla en comunidad. Es necesaria la transposición urgente de las directivas de la UE a la legislación nacional, así como profundizar en políticas pública de apoyo y ayudas para que las comunidades energéticas se configuren como un actor importante en un nuevo modelo energético descarbonizado, democrático y más descentralizado.

Para lograr avanzar hacia este modelo los proyectos participados y especialmente los liderados por comunidades energéticas deben tener una tramitación prioritaria, pudiendo ser declaradas de interés público para facilitar la participación de los entes locales, tal y como recogen las directivas.

Si las comunidades energéticas son un nuevo actor, estas deben poder acceder a todos los mercados organizados directamente o a través de la agregación de forma no discriminatoria. Las comunidades energéticas deben ser tratadas como clientes activos respecto al consumo de electricidad autogenerada; con derecho a organizar dentro de la comunidad un reparto de la electricidad producida por las unidades de producción que pertenezcan a la comunidad energética, y a conservar los derechos y obligaciones de los miembros de la comunidad energética como consumidores finales.

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También es necesario que tengan un marco objetivo, transparente y favorable que garantice el derecho de poseer, establecer, adquirir o arrendar redes de distribución y gestionarlas autónomamente en su zona de operaciones y definir los procedimientos correspondientes. Evitando así que las grandes empresas de distribución empleen su posición de dominio para poner trabas que frenen la puesta en marcha de proyectos de comunidades energéticas.

Con las comunidades energéticas, por primera vez en el marco de la larga cadena de la energía, los ciudadanos tienen la oportunidad de participar en ella por decisión propia, soberanamente y al margen de las grandes empresas que conforman el sector energético. Si el mercado energético concentra el poder en pocas manos, la normativa en torno a las comunidades energéticas debe dar ventajas y proteger a aquellos que permiten la participación de nuevos actores.

Las personas y entidades que firmamos este manifiesto: Nos comprometemos hacer de la transición energética una oportunidad. Queremos una transición energética también participada y democrática. Entendemos la comunidad energética como un actor principal en el escenario de transición energética. Reclamamos un marco jurídico que dé seguridad y que sea favorable para las comunidades energéticas, garantizando y protegiendo su carácter social. El momento de las palabras, los deseos y las voluntades ha pasado y es el momento de los hechos y las acciones.



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