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“Tendremos que volver a levantarnos”

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Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) brindan atención médica en un refugio de la ciudad de Canoas, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, donde más de la mitad de la población tuvo que abandonar sus hogares a causa de las lluvias torrenciales e inundaciones que azotaron al país a fines de abril.

Un niño llamado Joaquim corre inquieto entre los juguetes esparcidos por el suelo de un aula. Hay carteles coloridos en las paredes, pero no es día de clases y Joaquim tampoco es estudiante aquí. Los escritorios del aula de la ciudad de Canoas, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, están apilados a los lados para dar paso a los colchones, convirtiendo las aulas en dormitorios. El espacio que antes utilizaban los alumnos ahora lo ocupan familias enteras. Y hay muchas de ellas ubicadas en alojamientos improvisados después de que las lluvias torrenciales inundaran ciudades enteras y dejaran a cientos de miles de personas sin refugio.

“No teníamos idea de cuán grande sería esta tragedia. De repente, todo se puso oscuro, las luces estaban apagadas y empezamos a darnos cuenta de que esta inundación no se parecía a nada que hubiéramos visto antes. Empezamos a recibir mensajes por teléfono, advirtiéndonos que teníamos que escapar porque todo se inundaría”, recuerda Ana Célia Alves, que ahora vive en el refugio de Canoas tras ser rescatada por un vecino que tiene un bote de remos.

Alrededor de 400 personas viven ahora en este albergue de la Escuela Municipal Paulo Freire. El lugar está recibiendo a personas de diferentes barrios de Canoas, la tercera ciudad más poblada del estado, con 350 mil habitantes, de los cuales 180 mil tuvieron que abandonar sus hogares. Un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF), formado por médicos, enfermeras, psicólogos y promotores de salud, ofrece asistencia médica y de salud mental en el refugio.

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Alrededor de 400 personas viven en el albergue de la Escuela Municipal Paulo Freire, en la ciudad de Canoas. Copyright: Diego Baravelli/MSF

“Estamos tratando de llegar a las personas más vulnerables y a los lugares donde no hay profesionales sanitarios disponibles”, dice la coordinadora de emergencias de MSF, Alessandra Luz. “En situaciones de emergencia, las necesidades de salud pueden cambiar rápidamente. Es fundamental entender dónde podemos ser más útiles, sin duplicar esfuerzos”, explica.

Una parte importante de la acción es el seguimiento de pacientes con enfermedades crónicas, ya que muchos han interrumpido el tratamiento o se quedaron sin medicamentos a causa de las inundaciones. “La población de los refugios es muy diversa, pero lo que se destaca es el elevado número de personas mayores que toman medicación controlada”, afirma Mônica Carvalho, médica de MSF que trabaja en el refugio. “También nos hemos enfocado en compartir información sobre los síntomas de la leptospirosis y la prevención de enfermedades respiratorias que pueden agravarse con la llegada del frío”, subraya. Al menos cinco personas han muerto y más de 120 han resultado infectadas por leptospirosis, que se transmite por agua contaminada. La afección puede ser letal si no se trata rápidamente.

La coordinadora de MSF, Alessandra Luz, evalúa la situación de las personas afectadas en Rio Grande do Sul. Las lluvias torrenciales inundaron ciudades enteras y dejaron a cientos de miles de personas sin refugio en la región. Copyright: Diego Baravelli/MSF
La coordinadora de MSF, Alessandra Luz, evalúa la situación de las personas afectadas en Rio Grande do Sul. Las lluvias torrenciales inundaron ciudades enteras y dejaron a cientos de miles de personas sin refugio en la región. Copyright: Diego Baravelli/MSF

Maria do Carmo de Andrade, de 78 años, y su hijo, Alexsandro de Andrade, también fueron atendidos por el equipo de MSF. Él tiene neumonía que empeoró a causa del frío. Ambos fueron rescatados después de esperar más de dos días en la ventana del segundo piso de su casa. “Mi hijo me dice: ‘Mamá, sé sincera. Lo perdimos todo´”, cuenta la mujer.

“Pero soy muy fuerte. Intento relajarme un poco, haciéndole bromas. La verdad es, y lo digo, que tendremos que volver a levantarnos”.

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