Lo primero que llama la atención es la confusa sensación térmica. El viento subantártico golpea el cuerpo con fuerza y de vez en cuando azota la cara como una cachetada, así es que obligadamente nos abrigamos con una buena chaqueta y un gorro. Por la espalda, en cambio, donde el viento permanece bloqueado, el sol de enero clava sus rayos en las pantorrillas como agujas pequeñas, así es que las 80 personas que aguardamos el zarpe del ferry en Punta Arenas, tenemos frío y calor al mismo tiempo. Algunas de esas personas son locales, gente que vive en Puerto Williams, la última ciudad del continente antes de cruzar a la Antártida y donde pretendemos llegar después de 30 horas de navegación. Las demás, la mayoría, son turistas franceses, ingleses, un par de suizos y también chilenos parapetados con equipos de alta montaña que se disponen a caminar durante cinco días por los Dientes de Navarino. Ese es el nombre de un conjunto de montañas que por sus picos rocosos y puntiagudos se asemeja a una dentadura. Isla Navarino. Foto: Michelle Carrere Al igual que Puerto Williams, estas montañas están en una isla llamada Navarino, en la última comuna del extremo sur de Chile, Cabo de Hornos, así es que todos nos dirigimos al mismo lugar aunque el equipo de Mongabay Latam tiene otros planes: descubrir qué hace un equipo de científicos que investiga el clima, los insectos, las aves y las plantas de este lugar que, en ciertos sectores, es tan…This article was originally published on Mongabay
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