Se trata del segundo representante de la cúpula militar rusa en ser detenido este jueves, en medio de una suerte de purga de generales y altos mandos militares en Moscú en plena guerra de Ucrania.
«El jefe del departamento encargado de garantizar el cumplimiento de los pedidos estatales de Defensa Vladímir Vertelétski fue acusado de abuso de poder durante el cumplimiento de los pedidos estatales de Defensa», informó en Telegram la portavoz del Comité de Instrucción de Rusia (CIR), Svetlana Petrenko.
El CIR estableció que Veteletski dio por concluidas y aceptó en 2022 obras contratadas por el Ministerio de Defensa que no estaban terminadas, con lo cual causó pérdidas de más de 70 millones de rublos (más de 776.000 dólares).
La detención de Veteletski se efectuó horas después del arresto del general Vadim Shamarin, el jefe de la Oficina General de Comunicaciones de las Fuerzas Armadas rusas y subjefe del Estado Mayor, acusado a su vez de corrupción.
En las últimas semanas, las acusaciones de corrupción ya le costaron la libertad al viceministro de Defensa, Timur Ivanov, y al director de la Oficina de Personal de la cartera, Yuri Kuznetsov.
Esta semana la Justicia rusa también envió a prisión preventiva al excomandante del 58 Ejército de las Fuerzas Armadas de Rusia, Iván Popov.
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Las detenciones se multiplicaron en el ministerio de Defensa y en las altas esferas del ejército ruso desde fines de abril pasado, pero el Kremlin niega la existencia de una purga y asegura que se trata, en cambio, de operaciones anticorrupción. No obstante, esta limpieza en las altas esferas castrenses ha impulsado la llegada de tecnócratas al frente la maquinaria de guerra del Kremlin.
Los sonados arrestos de altos cargos militares se producen en medio de una gran remodelación en el Ministerio de Defensa, tras la destitución del titular de la cartera, Serguéi Shoigú, quien fue sustituido por el economista Andréi Beloúsov, sin experiencia militar en su hoja de vida. Varios generales y altos cargos de Defensa han sido detenidos para reestructurar la plana mayor de las Fuerzas Armadas rusas, cuestionadas hoy por sus niveles de corrupción e ineficiencia en momentos en que busca dar nuevo impulso a su ofensiva militar en Ucrania.
Incluso, este lunes el propio presidente de Rusia, Vladímir Putin, cesó también al viceministro de Defensa Yuri Sadovenko que fue sustituido por Oleg Savéliev, quien hasta ahora se desempeñaba como auditor en la Cámara de Cuentas de Rusia.
Putin estimó previamente en un 8,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) el gasto en defensa y seguridad para este año, y justificó el nombramiento de Beloúsov con la necesidad de gestionar esos ingentes recursos y modernizar las Fuerzas Armadas y la industria militar.
A la vez, el líder ruso aseguró que el Ejército mejora «diariamente» sus posiciones en el frente, por lo que no habría cambios en el Estado Mayor.
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¿Qué hay detrás?
Para el experto militar ruso Alexander Khramchikhin, las autoridades sabían «desde hacía mucho tiempo» que el presupuesto de defensa se utilizaba de forma ineficiente, pero en tiempos de guerra, esta realidad «se ha vuelto demasiado evidente como para hacer la vista gorda».
Aún más si se toma en cuenta que Rusia, blanco de sanciones occidentales, ha reorientado su economía hacia la industria bélica, con un aumento del 70 por ciento del presupuesto federal destinado a defensa previsto para 2024.
Para no hacer olas, el Kremlin esperó a la remodelación del gabinete, tras la reelección en marzo de Putin para un quinto mandato, antes de lanzar su depuración.
«En tiempos de guerra, el dinero debe gastarse correctamente. De ahí el nombramiento de Belóusov: tiene que asegurarse de que (…) no se despilfarra», señala el analista.
La corrupción en la cúpula castrense era una de las principales críticas del jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, que instigó una rebelión en junio de 2023 y murió dos meses después en un accidente aéreo en circunstancias que siguen sin esclarecerse.
La situación (en el ejército) es grave y la corrupción flagrante.
El futuro de otro general, Serguéi Surovikin, muy respetado por las tropas pero caído en desgracia tras la revuelta de Wagner, sigue incierto. La última vez que se le vio en público fue en septiembre de 2023, durante una visita a Argelia.
«La situación (en el ejército) es grave y la corrupción flagrante», zanjó un destacado analista militar ruso, que pidió el anonimato.
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En su opinión, Putin es consciente de que la guerra de desgaste contra Ucrania no puede durar eternamente y se ve obligado a «tomar medidas radicales», «cambiando a los hombres de la retaguardia», donde «están los problemas».
El objetivo es «obtener resultados» en el frente antes de que el ejército ucraniano recupere fuerzas con la llegada de nuevo armamento occidental y la movilización de nuevos soldados. «Lo más importante para el Kremlin es ganar la guerra, no derrotar la corrupción», sostiene.
REDACCIÓN INTERNACIONAL (*) Con información de AFP y Efe