Kadir, taladro en mano, mientras se pone las gafas, pide a su compañero que se aparte, que pueden saltar virutas de hormigón. Entonces, Kadir, se pone a ello: con la máquina a la máxima potencia, el ingeniero empieza a destrozar la pared. No la cuida, ni busca hacerle un agujero limpio y preciso.
Seguir leyendo….
Source link